Consume mexicano. Apoya al campo. Ve al mercado. Mueve la economía local. Son los consejos que se escucharon más que nunca desde que el triunfo de Donald Trump fue inminente, pero esa no debería de ser la mayor motivación, pues al preferir la dieta tradicional no sólo se apoya la economía, además es saludable, nutritiva y sobre todo, deliciosa. La cocina mexicana es Patrimonio de la Humanidad, un reconocimiento que implica más que su celebración un compromiso para salvaguardar su existencia. Tres mujeres que apoyan activamente su conservación, platicaron con Mundano sobre la importancia de volver a nuestras raíces.
Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).– La doctora Gloria López Morales, presidenta del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana (CCGM) y su equipo, vislumbraron la importancia de preservar los ingredientes, técnicas y recetas de la cocina tradicional y lograron en 2010 que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) la nombrara Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, con el que se asume el compromiso de rescatarla, salvaguardarla y promoverla. Un contrato más importante hoy en día, que nunca antes.
“En el momento que nos dimos cuenta de que la UNESCO, como un importantísimo organismo internacional, tenía una cúpula legal de protección del patrimonio cultural que está en riesgo de perderse, de desaparecer o desvirtuarse, dijimos: ‘no, la cocina mexicana como buen patrimonio cultural tiene que entrar en esa cúpula que sí te obliga a ese rescate y a esa salvaguardia’. No fue fácil, duró muchos años la aceptación de nuestro expediente, pero finalmente lo logramos y estamos muy satisfechos porque vimos que además en todo el mundo está sucediendo una especie de euforia gastronómica que nos parece muy beneficiosa”, dice López Morales en entrevista con Mundano.
Del 24 al 27 de noviembre, se llevará acabo el IV Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana, una de las principales acciones que el CCGM, el Gobierno Federal y otras organizaciones, llevan a cabo cada año para fomentar este interés en la comida tradicional.
Al respecto, la chef Margarita Carrillo, dice a este medio que “este no es un premio que cuelgues en la sala de tu casa y ahí se quede, es un compromiso que el pueblo y el Gobierno de México hicieron con UNESCO de rescatar, salvaguardar y promover nuestra cocina tradicional. Este foro cumple con ese requisito que nos pidieron y cada año tenemos que hacer un reporte a la organización de todo lo que se hizo. Aquí no estamos apoyando a las grandes empresas sino a los pequeños productores que están haciendo un esfuerzo muy importante para poner productos de calidad en el mercado de la gastronomía tradicional de México”.
Si habrá un cierre de fronteras, si el muro se erige con nuestro propio dinero, si se da fin al Tratado de Libre Comercio o si el dólar aumenta… organizaciones e imágenes virales en redes sociales sustentan lo que expertos en soberanía alimentaria han dicho desde hace tiempo: el apoyo a los pequeños productores, el regreso a los mercados y dejar de comprar productos industrializados es una de las mejores medidas de resistencia y búsqueda de autonomía que la población en general puede llevar a cabo para apoyar no sólo la economía local sino la salud.
“Yo creo que lo que acaba de pasar en Estados Unidos sí nos lleva a la reflexión de reforzar nuestros valores propios, valores culturales, históricos, identitarios más fuertes y uno de ellos es la cocina. Comer mexicano no es sólo reforzar nuestra identidad, es reforzar una cosa muy importante: nuestra autoestima y nuestro orgullo sobre el gran tesoro que tenemos con nuestro sistema alimentario y nuestra cultura gastronómica.
No lo deberíamos de hacer en función de lo que pasa en ‘Gringolandia’, lo debemos de hacer porque lo tenemos que hacer, porque es lo que más nos conviene desde el punto de vista de la salud alimentaria, de la dieta, pero también desde el punto de vista económico, de nuestra independencia, de nuestra soberanía alimentaria. Todo eso va en un sólo paquete y un sólo gesto de política adecuada. Lo que no sabemos es por qué lo hemos perdido, pero lo que sí sabemos es que lo debemos de recuperar. Y que se las arreglen los vecinos del norte para seguir comiendo su chatarra”, dice Gloria López, también autora del libro El saber de la sazón.
Carrillo le hace segunda, “no sólo ahora con las elecciones, siempre lo he dicho, en la medida en que nosotros consumamos y paguemos lo justo por nuestros productos, nuestros campesinos no se tienen que ir a ningún lado, si aquí producen, siembran ingredientes que nosotros usamos para cocinar y se vuelve un círculo virtuoso porque nuestra cocina no es solamente un montón de recetas, es una conjunto de eventos muy importantes, desde la preparación de la tierra para la siembra, la milpa, lo que se cultiva, desde ahí hasta nuestras mesas”.